La preparación de esta Honda XR650R que hoy te presentamos puede que sea uno de los proyectos más humildes que hemos visto y que mejor resultado final ha tenido. El modelo original ha dado paso a una espectacular moto de flat track con la que el creador de esta pieza siempre había soñado.
El taller, en el que de momento solo trabaja su fundador, se llama Parr Motorcycles, ubicado en la localidad de Brownsburg, Indiana. Que en realidad es su casa familiar, la cual por ahora le está sirviendo también como lugar de trabajo. Aunque viendo sus obras, no tardará demasiado en empezar a crecer y verse en la necesidad de mudarse a un espacio más amplio y adecuado.
Por suerte para este apasionado de las motos, la customización de esta XR650R ya la tenía en la cabeza desde hace años. No el hecho de transformar este modelo en concreto, sino que el resultado final fuera una réplica lo más parecida posible a una Honda RS750.
Esta Honda XR650R nunca había brillado así
El primer paso fue encontrar la moto ideal para el proyecto, algo que no fue fácil ni rápido, le llevó todo un mes hasta dar con la Honda XR650R perfecta para darle una nueva vida. Una vez que la tuvo en su casa la desmontó por completo y con lo primero que se puso fue con el depósito de gasolina, uno de los elementos que más define la estética de una moto. Finalmente, en vez de fabricarlo desde cero, compró uno del mercado de recambios al cual le hizo algunas adaptaciones para que encajase a la perfección.
Tras ello, el siguiente punto en remodelar fue la horquilla Showa original, que ha recibido algunos cambios en su interior y una importante rebaja de su recorrido para que la moto baje de altura. El amortiguador trasero también es el que traía de serie la Honda, pero con una nueva configuración acorde al estilo de la nueva moto.
Para continuar con la silueta que dibuja el nuevo depósito, el subchasis y en consecuencia el sillín y el colín se han rediseñado por completo. A ellos se suma un nuevo y espectacular doble escape, que transcurre paralelamente por el lado izquierdo del sillín.
Tras estos pasos llegó uno de los momentos más delicados e importantes de todo el desarrollo de esta customización, el trabajo de pintura. Un diseño sencillo pero con detalles exquisitos, que además adoptan los colores característicos de los modelos icónicos de la marca del ala dorada: el blanco, el rojo y el azul. El chasis se pintó de un llamativo color rojo que contrasta con el blanco de fondo y destaca sobre todo el conjunto.
Después de tenerlo todo pintado llegó el momento de juntar las piezas y lo primero que se acopló sobre el chasis fue el motor de fábrica que había sido revisado por completo. Por último, se incorporaron algunos detalles sobre la moto como son las tiras LED en todos sus faros, incluidas dos situadas en los laterales del radiador que actúan como unas originales luces de posición, un pequeño velocímetro y un medidor de temperatura sobre el depósito de combustible.
Tras 8 intensos meses de trabajo en el garaje de Parr Motorcycles, la Retro-Tracker -así la bautizó su creador- está lista para encontrar nuevo dueño.