Casi cuatro años después de su lanzamiento, la Yamaha YZF-R3 2019 ha llegado dispuesta a revolucionar el segmento. Con una estética espectacular, la marca japonesa pretende dar un golpe sobre la mesa con su “mini-R1”.
Precisamente esa comparación con la YZF-R1 es el objetivo que persigue la Yamaha YZF-R3 2019. La firma de Iwata ha basado su aspecto en su hermana mayor, conscientes del éxito de su superbike. Con un frontal claramente inspirado en ella, la nueva R3 se posiciona como la SuperSport300 más espectacular del momento.
Pero no todo lo importante de esta nueva R3 es lo visual. Su predecesora sufrió en comparación con sus rivales directas, sobre todo con la Kawasaki Ninja400. Por ello, en Yamaha han reaccionado y el resultado es el rediseño de toda la moto y la incorporación de componentes mucho mejores.
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Aerodinámicamente, todo el frontal nuevo ha permitido reducir el arrastre aerodinámico un 7%, con lo que la velocidad punta aumentará. Además, para mejorar la posición de conducción, se ha rediseñado el depósito de combustible y se han bajado los semimanillares.
Para continuar con el proceso de conversión a la deportividad máxima posible, el chasis y las suspensiones también han cambiado. El bastidor se mantiene multitubular de acero e incorpora el cárter del motor como parte estructural. Por su parte, el basculante es alargado y asimétrico para mejorar la transmisión de potencia a la rueda.
Como gran novedad, la Yamaha YZF-R3 2019 cuenta con una horquilla telescópica invertida que aporta más rigidez al tren delantero. Al igual que el amortiguador trasero, la horquilla de 37 mm está firmada por Kayaba. La frenada corre a cargo de discos de 298 mm y 220 mm de diámetro delante y detrás respectivamente. En cuanto al motor, la nueva R3 tiene 321 cc divididos en dos cilindros y cuenta con sistema DOHC.