Tras su época dorada en los años 70 y 80, SWM está renaciendo y buena prueba de ello es la SWM RS 300 R, una moto de enduro que llega con una premisa muy clara a nuestros mercados: la de ser una moto offroad accesible tanto a nivel de pilotaje como, sobre todo, a nivel económico. La primera de las dos viene dada por el concepto que se inició hace años ya de buscar una solución intermedia entre la manejabilidad de las 250 c.c. y la potencia bruta de las 450 c.c. Con ese motor de 300 c.c. la SWM consigue un compromiso muy positivo a la hora de facilitar el pilotaje, haciéndolo no demasiado exigente y abriendo un gran abanico a pilotos con mucha o poca experiencia. La segunda viene de la mano de su precio, menor de 7.000 euros. Sin embargo, ser más barata que la mayoría de sus competidoras en la categoría no es debido a recurrir a componentes de baja calidad o producciones en países asiáticos. ¿El secreto? Un cierto aire sueco…
Ese aire sueco viene ni más ni menos de que la SWM RS 300 R está basada en el modelo que Husqvarna lanzó en 2010 para dar comienzo a esta categoría intermedia capaz de combinar agilidad y potencia. Lo cierto es que con esta base, la SWM no es una moto puntera en cuanto a la tecnología se refiere ni tampoco es una moto de espíritu racing, pero no menos cierto es que se trata de una moto bien hecha que aprovecha la experiencia y la fiabilidad de la moto que en su día desarrolló la firma sueca y que tan bien ha funcionado durante estos años.
Con un diseño más que probado y afianzado, la SWM RS 300 R se desenvuelve muy bien en el concepto de ser una moto de prestaciones muy aceptables pero sin ser una moto exigente y crítica en pilotaje. Buena parte de ello lo consigue el motor de 297,6 centímetros cúbicos que ofrece 36 CV de potencia (potencia que puede ser limitada a poco más de 15 CV para cumplir con las exigencias legales para ser conducida con el carnet A2 y medioambientales).
Este propulsor monocilíndrico aporta un empuje algo mayor que el que aportaría un 250 pero sin tener esa brusquedad que suele caracterizar a los motores de la categoría superior. De esta manera, se consigue un tacto muy positivo que permite llevar la moto tanto en la parte alta del cuentarrevoluciones en tramos más abiertos como en la parte baja del tacómetro para un uso más lento y en zonas más lentas. Tal vez en algunos de esos momentos vendría bien algo más de par en bajas, pero para pasar por trialeras, zonas rocosas o de obstáculos es más que suficiente e incluso se agradece su suavidad y facilidad para dosificar la potencia y evitar problemas en especial para el público general que lejos de querer una moto radical y rápida quiera una moto cómoda y agradable.
El propulsor de la moto italiana cuenta con inyección electrónica y gracias a ello, cumple la normativa Euro4, teniendo un consumo declarado de 4,49 litros por cada 100 kilómetros recorridos. Otro de sus puntos a favor es que cuenta con arranque eléctrico, lo que siempre es positivo sobre todo a la hora de pilotar por trialeras y zonas de baja velocidad y complicadas en las que es fácil que la moto se cale. A ello también ayuda la caja de cambios cerrada con seis marchas. La salida de gases corre a cargo del colector que en su tramo final se divide para dar paso al doble silencioso, que queda perfectamente integrado en el subchasis teniendo una buena protección frente a impactos.
Es en la parte ciclo donde la SWM RS 300 R encuentra su principal punto fuerte. El bastidor monotubo de doble cuna de acero aporta una estabilidad y un aplomo muy interesantes en tramos rápidos, ya sea en pistas o en circuitos de motocross donde la moto también se defiende muy bien. A la hora de mantener ese aplomo sin penalizar en otros campos buena parte de la responsabilidad es de las suspensiones, que vienen firmadas por KYB, dando muestra una vez más de la buena calidad de los componentes de la moto. Las suspensiones cuentan con un ajuste equilibrado que permite afrontar terrenos accidentados a la vez que aguanta bien los saltos y las frenadas fuertes. A partir de ahí, cada uno puede ajustarlas en dureza para que se inclinen hacia uno de los dos lados de la balanza en función de sus preferencias y necesidades.
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La frenada y la parte ciclo, sus puntos más fuertes
El otro punto fuerte de la RS 300 R es el de la frenada y en este caso, nuevamente los componentes empleados en su montaje son los responsables. La línea de freno está fabricada por Brembo, contando con una potencia que nada tiene que envidiar a motos más avanzadas y caras. En nuestro caso, la respuesta fue más que positiva, dejando una muy buena sensación a la hora de parar la moto a alta velocidad pero sin perder nada de tacto y sensibilidad en zonas más lentas. Sin lugar a duda, una de sus mejores virtudes para nosotros.
Las dimensiones de la RS 300 R no son pequeñas, notándose sobre todo en parado al subirse por primera vez a ella. Sin embargo, hay que reconocer que una vez en marcha la moto no se siente grande gracias a la postura de conducción que resulta bastante cómoda. Moverse encima de la moto es muy sencillo, incluso para pilotos de baja estatura, gracias a la forma del asiento, que siendo de una dureza media, resulta cómodo. En cuanto al peso, la firma italiana declara 111 kg en orden de marcha teniendo un depósito de gasolina con una capacidad de 7,5 litros.
Refiriéndonos al aspecto, la SWM tiene una estética atractiva aunque clásica marcada por la forma de sus plásticos y por su decoración que combina acertadamente los colores rojo y blanco predominantemente. En este punto se nota que la RS 300 R no busca ser una moto de competición, manteniendo unas líneas suaves y agradables. El frontal está dominado por el guardabarros blanco con detalles negros sobre el que se sitúa el faro delantero, que está fabricado con tecnología LED, lo cual aporta un toque moderno que se agradece. Esta misma tecnología es la usada para el resto de ópticas, situadas en la parte trasera de la moto.
Otro de los detalles que suman a la hora de valorar la estética es que el bastidor está pintado también en rojo. Pero ese no es el único detalle de este estilo, ya que la tapa del árbol de levas del motor también es roja. Los protectores de la horquilla son de ese mismo color, mientras que el protector del cárter recurre al negro aumentando así el contraste cromático.
A la hora de valorar el equipamiento, la RS 300 R pone encima de la mesa algunos detalles que deben ser valorados, como el cuadro de instrumentos digital que nos ayudará a mantener la información necesaria para una marcha correcta. A la hora de desmontar el asiento, la moto italiana cuenta con cierre rápido, lo que siempre es positivo en las labores de mantenimiento de una moto de offroad. Siguiendo con la línea de montar componentes de buena calidad, la SWM sale del concesionario con neumáticos Michelin Competition, que también ofrecen un buen agarre tanto en pistas de tierra como en terrenos más complicados.
Con todo lo descrito anteriormente en la balanza, sólo falta añadir un dato más que además puede ser el definitivo para muchos de los posibles compradores: el precio.