Hay familias a las que no merece la pena pertenecer, pero hay otras a las que sí como es el caso de la familia Faster Sons, representada en su día por la XSR900, luego por la XSR700 y a la que se añade ahora la pequeña de la casa. Esta Yamaha XSR125 llega para ocupar un espacio muy interesante en el que queda claro que el público objetivo es el que tiene el carnet de coche y quiere una moto que no se limite a ser un simple medio de transporte, sino que también aporte una experiencia durante su conducción.
Si bien hay veces en las que las marcas en este segmento apuestan por potenciar la estética y hacer que de esa manera sus modelos “entren por los ojos”, en este caso Yamaha ha hecho mucho más y esa filosofía se nota cuando se pone en marcha la moto. Al fin y al cabo, aunque la apariencia es importante, también lo es tener un conjunto que trabaje bien sobre todo cuando tu meta como marca es la de llegar a un público más exigente. Está claro que cuando un fabricante apuesta por construir un modelo de 125 centímetros cúbicos el precio es un factor definitivo, pero también está claro que no todas las marcas pueden permitirse apuntar hacia las políticas low cost y la firma de los tres diapasones es una de ellas, siendo la Yamaha XSR125 una buena muestra.
Si metemos todo esto en una cocktelera y lo agitamos bien, no sorprende el resultado conseguido con la XSR125, que juega muy bien sus cartas y se mueve de manera muy hábil en esa fina línea en la que deben alinearse todos los factores para que una moto sea buena y competitiva en el mercado sobre todo en los tiempos que corren. Al fin y al cabo, no es nada fácil entrar en algunas familias adoptando su apellido y hacerlo dejando buenas sensaciones en las mayores de la casa…
Casco: Blauer 80´S Titanium
Guantes: Blauer HT Combo Carbon Denim
Pantalones: Racered Clypse
Aunque la estética no es lo más importante, la de la XSR125 es una de sus claves para destacar en el mercado de las 125
Tengo que reconocer que yo hace unos años no me sentía particularmente atraído por las motos de corte retro, buscando más otro tipo de modelos que se acercaban más a mis gustos. Sin embargo, en los últimos años motos de ese tipo de corte han ido despertándome cada vez más interés. Debe ser que me hago mayor, pero supongo que también influirá que sus diseños cada vez son más refinados y que a la vez, los componentes que se usan en ellas han ido mejorando de manera progresiva. Ese es el caso de la protagonista de estas páginas –la Yamaha XSR125- que aúna un apartado visual potente con un motor que en mi opinión es uno de los mejores que hay en el segmento y con una parte ciclo que está a la altura. Eso sí, parafraseando la canción En mi Primera cana de los Estopa: “como dijo Jack el destripador, vamos por partes”.
La primera parte, por ser la más obvia, es la estética. La Yamaha XSR125 juega de manera muy acertada a seguir la línea marcada por sus hermanas mayores, la XSR900 y la actual XSR700. De la misma manera que en otras familias dentro de la gama de Yamaha, como las YZFR o las MT, el estilo de las motos grandes es heredado por las pequeñas. Esas líneas heredadas permiten jugar con la ventaja de saber que ya funcionan, pero a la vez suponen un riesgo ya que no todo lo que funciona en un segmento funciona en otro tan diferente como lo es el de las motos de 125 destinadas a los usuarios del carnet de coche y el de las motos de cilindrada alta destinadas a un público selecto y con poder adquisitivo elevado.
En este caso, lo cierto es que el aspecto de la XSR125 es muy potente y eso se consigue gracias a la combinación de una serie de factores. Empatados en el peso visual de la moto están el depósito de gasolina, el faro delantero, el asiento de piel y el faro trasero. Cada uno cumple su función y el conjunto queda muy bien equilibrado, mostrando un aspecto sobrio y elegante al estilo de motos de décadas pasadas pero teniendo un toque moderno a la vez. Antes de continuar valorando la estética de la Yamaha, hay que aclarar que la versión que Yamaha España –a través de Motos Cortés- puso en nuestras manos para la prueba estaba equipada con diferentes accesorios oficiales, como el carenado frontal negro de fibra de vidrio o las placas de acero inoxidable de los laterales. Tanto con estos extras como sin ellos, la presencia de la moto es muy interesante y en más de una ocasión, sobre todo para gente sin mucha experiencia, puede aparentar perfectamente ser una moto de mayor cilindrada.
El chasis y las suspensiones trabajan juntos para estar al nivel del motor y crear un conjunto destacable
Esto también se ve favorecido por las dimensiones, que no son tan contenidas como en otros modelos de este tipo. Con una altura de 1,73 metros se llega al suelo sin problemas pero también sin excesos, siendo un punto a tener en cuenta por la gente de altura contenida. Esto tiene su explicación, ya que aunque la altura del asiento no sea elevada su anchura es considerable, lo que hace que aumente el arco de las piernas. Siguiendo en el apartado de la ergonomía, la posición y altura del manillar son buenas y aunque en algunos momentos puntuales puede resultar algo cargante para los brazos, en términos generales la XSR125 permite ir relajado y en una postura neutra. Por su parte, las estriberas también están bien colocadas, no notándose ninguna incomodidad en las piernas tampoco.
Lo que sí se nota y desde el principio es el buen trabajo hecho en Yamaha con el motor, que alcanza los 15 CV máximos que por ley puede tener una moto de 125 centímetros cúbicos para ser conducida con el carnet B. Contar con esa potencia es muy beneficioso sobre todo para los usuarios que necesiten hacer tramos de autopista, ya que la XSR125 se desenvuelve perfectamente hasta alcanzar una velocidad de crucero de 110 km/h con prácticamente 2.000 revoluciones de margen hasta entrar en la zona roja del tacómetro. Con ese comodín guardado en la manga, podemos acabar de exprimir el motor en momentos puntuales y llegar a los 120 km/h en terrenos llanos y sin viendo de frente.
Dentro del motor con refrigeración líquida, que es compartido con la MT-125 y la YZR-125, hay un detalle que le da un carácter exquisito tanto cuando circulamos por vías más rápidas como cuando estamos callejeando en marchas cortas y bajos de revoluciones. Este detalle no es otro que el sistema de distribución variable, que permite una flexibilidad destacable, un consumo homologado de 2,1 L/100km y sobre todo, una contundencia en la parte baja a la par que una estirada muy interesante en la parte alta, donde la moto no desfallece y sigue empujando. En ese punto las vibraciones se mantienen muy a raya, siendo ligeramente perceptibles y en ningún caso molestas. Para aprovechar bien el motor contamos con la ayuda del cambio de marchas, que funciona de manera precisa y ofreciendo la resistencia justa en la palanca. De la misma manera, el embrague permite hacer reducciones de manera muy suave y también hacer cambios muy rápidos en subida sin que la moto de ni el más mínimo tirón. En definitiva, si hubiese que ponerle una nota al motor, teniendo en cuenta las limitaciones obvias de su categoría, esta nota sería un sobresaliente.
Aunque tiene algunos detalles que podrían mejorarse, el nivel de los acabados es espectacular
Y como si fueran las notas del colegio, de un sobresaliente en la asignatura Motor pasamos a otro sobresaliente en la asignatura Chasis y suspensiones. La horquilla delantera invertida de 37 milímetros de diámetro, el amortiguador trasero y el chasis Detabox forman una parte ciclo que se compenetra perfectamente y que permiten una conducción muy ágil a la par que estable. Cuando estamos circulando por la ciudad la moto se mueve solo con insinuar la idea de girar y sin embargo, cuando la llevamos hasta los 120 km/h se mantiene como si fuese por railes en todo momento, incluso atravesando baches o irregularidades. El tarado de las suspensiones busca ofrecer dureza sin ser demasiado incómodas a la hora de pasar por los resaltos o los pasos de peatones elevados y lo consigue, no siendo seca ni siquiera si pasamos algo más rápido de lo que debiéramos. Así mismo, si frenamos fuerte la moto no hace una gran transferencia de peso.
Precisamente en esas frenadas más fuertes es donde se nota que el freno delantero tiene la potencia suficiente para detener la moto aunque haya que hacer fuerza sobre la maneta. Si bien es cierto que personalmente me gustan los frenos que muerden mucho desde el primer momento y los de la Yamaha XSR125 no me han dejado esa sensación, tanto el delantero como el trasero trabajan muy bien bajo el control del ABS y son muy apropiados para gente con menos experiencia, ya que permiten hacer una frenada muy dosificable.
En el plano del equipamiento, la XSR confía en un cuadro de instrumentos plenamente digital que refleja la información mínima imprescindible como la velocidad, las revoluciones, la gasolina, los kilómetros recorridos y la marcha engranada. Tal vez contar con algunos datos más, como la temperatura del refrigerante, estaría bien, pero cumple con su función de manera suficiente y aporta ese toque moderno que completan el faro delantero y trasero de LED cuyas formas son elegantes y llamativas y que suman puntos a la moto. Desafortunadamente, los intermitentes no son de LED sino que son de bombilla tradicional, algo que en mi opinión debería ser actualizado en próximas versiones. Por el contrario, la moto tiene detalles de calidad en otras partes, como los soportes de aluminio mecanizados de los intermitentes delanteros o la grapilla que sujeta los cables del acelerador y que incorpora una espuma para evitar que roce con la bomba de freno delantero. En general, se nota la calidad de la moto y de sus acabados, mostrando un nivel muy bueno propio de Yamaha.
El último detalle que hay que valorar de la Yamaha XSR125 es su precio, que asciende a 4.399 euros. En cuanto a los colores, la pequeña de la familia Faster Sons está disponible en rojo, amarillo y negro.
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