La moto que hoy te traemos es una de esas que puede generar amor y odio a partes iguales, lo que no resta ni un ápice de reconocimiento hacia su autor. La moto en cuestión es un trabajo del refutado mecánico y diseñador estadounidense Robert Ransom y la ha bautizado como Ransom Archangel.
Robert tiene más de dos décadas de experiencia modificando y creando motos desde cero, como es el caso de su último trabajo. El taller lo tiene en Nueva Jersey y es de ahí donde nacen todas sus obras, las cuales se caracterizan por el gran trabajo artesanal que Ransom plasma en cada una de sus motos.
Es de esta manera con la que consigue que sus trabajos destaquen por ser únicos y con líneas muy orgánicas en sus carenados. En el caso de la Ransom Archangel, además, hay que destacar que a diferencia de la mayoría de preparaciones de motos que toman como base elementos de modelos de producción, en la Archangel exceptuando el motor, el resto está hecho a mano.
La Ransom Archangel monta un motor de 185 CV
El propulsor elegido por el estadounidense es un imponente 4 cilindros de Suzuki que desarrolla 185 CV, algo que también está bastante fuera de lo normal en este tipo de trabajos. El resto de la moto, como hemos dicho, está hecho de manera artesanal, tanto el chasis como la carrocería que destaca por su minimalismo.
Robert se decantó por el aluminio para fabricar el carenado de la Ransom Archangel, dentro del cual destacan los perfiles afilados, sobre todo el del frontal en forma de cresta y en el que se monta el faro delantero. Esta óptica es de tecnología LED, aunque está muy bien camuflada y no se distingue si no está encendida.
A pesar de ser elementos independientes, gracias a la labor del diseñador norteamericano, parece que tanto el depósito, como el sillín, el colín y el basculante son una pieza única. No podemos dejar de mencionar el espectacular escape (igualmente hecho a mano) que asoma por el lado derecho y también mantiene las curvas suaves en su silueta.
Sin embargo, como ocurre en estas motos, y eso sí lo ha mantenido el bueno de Robert en la Ransom Archangel, es el neumático trasero de grandes dimensiones el que capta la mayoría de las miradas. Este posee una anchura de 300 mm, nada más y nada menos y está montado sobre una no menos espectacular llanta y un basculante monobrazo que deja el suficiente espacio libre para disfrutarla como merece.
Normalmente, las motos que salen del taller de Ransom suelen estar vendidas de antemano y por eso se desconocen sus precios. Pero en este caso es distinto y aunque el artista no ha confirmado cifras, sí ha dicho que el valor de esta obra oscilará en un precio de 6 o 7 cifras, con un depósito no reembolsable de 2.000 $ para reservarla.