Esta obra de arte que estáis viendo está fabricada por el taller español Bolt Motor Company con sede en Alzira, Valencia. Ante vosotros tenéis una Yamaha customizada que en su origen era una clásica Virago, aunque ahora podría ser perfectamente el regalo del equipo Aston Martin F1 a Fernando Alonso por su podio en el GP de Bahrein.
La verdad es que la historia de que esta Yamaha customizada sea un regalo para el piloto español no sería nada descabellado, pero por desgracia para el asturiano, nada que ver. En realidad es uno de los últimos proyectos llevados a cabo por este taller valenciano, que casi les ha llevado tanto trabajo como satisfacción les ha generado al ver el resultado final.
Y es que tal y como cuentan los responsables del proyecto desde el primer minuto ha sido un trabajo un poco atípico por muchos factores. El primero de todo es que normalmente las motos llegan en mejor o peor estado pero llegan más o menos de una pieza y en este caso no fue así. La Virago les llegó en varias cajas, sin inventariar y sin saber si estaban todas las piezas o no. Por ese motivo, lo primero que tuvieron que hacer fue volver a montarla para comprobar que estaba todo. Por suerte no faltaba nada y pudieron desatar su talento y ponerse manos a la obra.
Esta Yamaha customizada seguro que es motivo de envida para los fans de Fernando Alonso
Sus creadores tuvieron claro que el carácter a toda la moto se lo daría el frontal de la misma y por ello fue con lo primero que trabajaron. Diseñaron algunos renders y varios moldes de cartón para asegurarse de que todo encajaba a la perfección. Una vez tuvieron todo listo, los moldes se hicieron en metal y el resultado salta a la vista: un frontal con mucha personalidad fabricado totalmente de manera artesanal.
Esta Yamaha customizada bautizada como BOLT51 no es un coche de Fórmula 1 pero en cuanto a dedicación y trabajo no se le queda atrás. El depósito también ha sido adaptado a mano ya que lo han cogido prestado de una Kawasaki K550. Aunque el tanque no es el único componente aprovechado de otra moto, ya que el tren delantero (tijas, pinzas, etc) es el de una Yamaha R6 aunque no lo parezca.
El subchasis ha sido diseñado y fabricado completamente a mano y desde cero, con la complejidad que eso conlleva y el escape también fue una de las piezas que más quebraderos de cabeza les dio durante el proceso. La electrónica ha sido renovada completamente con la ayuda de los chicos de Motogadget y el motor revisado hasta el último detalle.
Ahora solo faltaba encajar en esta moto la petición imprescindible que tenía el dueño de la moto, el pintarla con los colores del equipo Aston Martin F1. Un trabajo que puede parecer sencillo, pero que no lo es debido a las proporciones y formas de cada una de las piezas de la moto. Lo que sí es seguro es que el resultado es directamente espectacular.