Estamos acostumbrados a que la mayoría de las marcas, al introducir nuevas tecnologías, lo hagan casi siempre en los modelos de gama más alta dentro de sus catálogos. Pero existen excepciones, como en el caso del Yamaha Augur, un scooter de baja cilindrada de la marca nipona que incorpora de serie un sistema de luces adaptativas de ultimísima tecnología.
La firma de los diapasones es uno de los mayores fabricantes de motos a nivel global, al igual que uno de los grandes innovadores tecnológicamente hablando en el mundo de las dos ruedas. No es de extrañar que una de sus motos incorpore esta tecnología, que a muchos os puede sonar de verla en algunos modelos de coches, pero que es la primera vez que se ve en una moto.
Aparte de las innovaciones que esconde, este pequeño Augur también destaca por una estética más que futurista. Llaman la atención las líneas rectas y angulosas que recorren toda la carrocería y que van muy acordes a las líneas que dibujan en el frontal las tiras LED que conforman la óptica delantera y que, según la propia marca, tienen forma de flecha.
La Yamaha Augur es la primera moto en usar el sistema Y-LLA
El corazón de este scooter, que solo está disponible de momento en el mercado taiwanés, es un monocilíndrico de 155 c.c. con refrigeración líquida y control de tracción de serie. Esta es la segunda generación de este modelo y en la que tan solo se renueva su gama de colores e introduce gráficos más actuales respecto a su predecesor.
Pero lo realmente destacable, como hemos dicho al principio, es el sistema de iluminación frontal de desarrollo propio de Yamaha. En estas 3 tiras LED y el faro frontal de la misma tecnología se esconden avances de la más alta tecnología. El primero de ellos es el que han denominado como Y-LLA (Yamaha Lean Light Assist), que consiste en adaptar la dirección del haz de luz a la dirección de la curva que se va a tomar y que también tiene en cuenta la inclinación de la moto.
Puede parecer poco relevante, pero aunque una tecnología parecida es la que incorporan algunos coches, en estos es algo más simple porque tan solo enfocan los faros hacia la curva, manteniendo siempre la horizontalidad. Sin embargo, en el caso de las motos la cosa se complica porque el ángulo de inclinación varía según la curva, según la velocidad y la experiencia del conductor. Por este motivo, el sistema tiene estos parámetros en cuenta para realizar el desplazamiento correspondiente del haz de luz, manteniéndose así una mayor visibilidad en todo momento y como resultado de ello, una mayor seguridad en la circulación nocturna.
El segundo sistema es el Y-AU (Unidad de temperatura de color ajustable de Yamaha), el cual adapta la temperatura de la luz que vemos salir del faro, dependiendo de las condiciones climáticas de cada momento. Por ejemplo, la luz se tornará más cálida en casos de lluvia o niebla, con lo que la vista del usuario sufre algo menos y la iluminación de la carretera es mejor al desprender menos brillo sobre las partículas de agua.
De momento, estos avances de la marca japonesa solo están disponibles en este modelo. Pero sin duda, si la aceptación es buena y se confirma su fiabilidad y aumento en la seguridad de los conductores, es probable que lo veamos en otros modelos de la gama de Yamaha.