A veces, ir sobre una moto no es todo lo cómodo que nos gustaría. Aunque hay otros factores, uno de los que más incomodidad produce es la vibración. Sin embargo, aunque parezca algo que no tiene solución, sí que se pueden reducir las vibraciones de la moto al menos en parte, mitigando el efecto o incluso haciéndolo desaparecer en algunos casos.
Aunque no siempre sea muy perceptible, las vibraciones siempre están ahí, son inherentes al funcionamiento del propio motor de la moto. Sin embargo, mientras que en algunos casos no son molestas porque son muy pequeñas, en otros llegan a ser un verdadero problema para la comodidad, produciendo no sólo molestias sino incluso multiplicando la fatiga.
En realidad, hay muchos factores que influyen para que haya más o menos vibraciones en una moto, influyen muchas cosas diferentes. Una de ellas es la propia calidad de la moto, pero esto no es siempre sinónimo de ausencia de esas molestas oscilaciones. Lo primero que es necesario es identificar de dónde vienen esas vibraciones, ya que podrían indicar que hay algún problema. Revisar completamente la moto es un hábito que nos puede ayudar a prevenirlas, además de asegurar que nuestra compañera de dos ruedas está en buenas condiciones.
Reducir las vibraciones de la moto es posible y en algunos casos sencillo y barato
Antes de nada, debemos diferenciar el tipo de vibraciones. Si estaban ahí desde el principio significa que nuestra moto vibra de manera normal, si han ido apareciendo es porque hay algún problema o desgaste que debemos comprobar. Puede que algo no esté funcionando bien en el motor, que las ruedas no estén correctamente equilibradas, que haya alguna pieza suelta…
Si hemos descartado todas esas cosas y hemos aceptado que simplemente sucede porque nuestra moto es así, podemos hacer algunas cosas. Tal vez no vayamos a eliminar las molestias del todo, pero desde luego sí podremos reducir las vibraciones de la moto que nos llegan a nosotros a través de las manos, pies y trasero.
Si la mayor parte de esas vibraciones las sentimos en el manillar -algo que es muy común- una de las mejores cosas que podemos hacer es equiparlo con unos contrapesos. Colocados en ambos extremos, estos pesos incrementan la masa y hacen una función de amortiguación que puede ser suficiente para eliminar la incomodidad.
Además de ello, hay otras medidas que se pueden tomar, como poner juntas de goma en las torres del manillar si nuestra moto lleva un manillar alto de una pieza. Aunque no es muy efectivo, también se puede llenar el interior del manillar con espuma de poliuretano, pudiéndose conseguir con ello una leve mejoría.
Si por el contrario la mayor parte de las molestas vibraciones la sentimos en los pies, tenemos que actuar en las estriberas. En este sentido, nuestro campo de acción es más reducido, aunque posiblemente podamos colocar algunas arandelas con goma en las estriberas que puedan absorber parte de esos movimientos. Intentar colocar una goma de mayor diámetro o más blanda en la estribera podría ayudar también.
Otra de las posibilidades que podemos encontrar es que sea nuestro trasero el que más sufra este problema. En ese caso, poco se puede hacer para reducir las vibraciones de la moto, pero siempre nos queda un as en la manga: utilizar una funda de asiento de gel o de espuma densa que pueda servir como filtro.