Cuando una persona se plantea empezar a buscar una moto para comprársela, pocas veces se detiene a pensar en el tipo de motor que más le puede convenir. Normalmente, nos fijamos en la estética, el tipo de moto que nos gusta para el uso que le vamos a dar, las prestaciones y por supuesto, el precio.
Es cierto que como en cualquier tipo de decisión que debemos tomar en nuestras vidas no existe la verdad absoluta, ni la decisión segura al 100%, las variables son demasiadas como para eso. Pero igual de cierto es que un tipo de motor no rinde ni ofrece las mismas prestaciones que otro y algunas veces tenerlo en cuenta a la hora de adquirir una moto nos evitaría futuros quebraderos de cabeza.
Y como dicen que la información es poder, hoy vamos a intentar arrojar algo de luz sobre este tema. Vamos a hablar de los diferentes tipos de motorizaciones, al menos las más comunes -con sus pros y sus contras- y lo vamos a hacer basándonos en el número de cilindros que tiene cada uno de ellos.
Vamos a empezar de más a menos cilindros, lo que es casi lo mismo que decir que de los menos comunes a los que más podemos ver en las motos hoy en día.
6 cilindros
Estos propulsores son los menos usados en el mundo de las dos ruedas y como puedas imaginarte se utilizan en modelos de gran cilindrada. Sus principales ventajas son la potencia y la suavidad con la que funcionan y en su contra juegan el gran tamaño del bloque y su precio. Normalmente, hablamos de motos con precios poco asequibles para los usuarios.
4 cilindros o tetracilíndricos
Seguimos con motores que se usan en modelos también de gran cilindrada, por lo que las características son bastante parecidas a los anteriores, tanto en lo bueno como en lo malo. Su principal virtud es la potencia, pero como todo, tiene su cara y su cruz, y la cruz en este caso vuelve a ser el gran tamaño de este tipo de propulsores, aparte de sus costes de mantenimiento y complejidad mecánica. Estos motores suelen entregar la potencia en la zona alta del rango de revoluciones, exigiendo una conducción más cuidadosa con las marchas.
3 cilindros o tricilíndricos
Podía parecer que según vamos eliminando cilindros el tipo de motor podría ser más común, pero no es el caso. Los tricilíndricos podrían ser los menos usados por las marcas, es más, son un puñado de ellas las que los utilizan, siendo la mítica firma británica Triumph una de las más conocidas. Esa “rareza” que los caracteriza es uno de sus puntos negativos, ya que a la hora de arreglarlos y hacerles el mantenimiento puede costar algo más encontrar recambios. Además, sus dimensiones no son tampoco demasiado reducidas y su potencia no es tan alta como la de los anteriores. Pero no todo va a ser malo, esa originalidad los hace especiales y además su eficiencia suele ser mayor que en los de más cilindros.
2 cilindros o bicilíndricos
Ahora sí, tocamos una de las mecánicas más extendidas a nivel mundial en el mercado de las motos. Una de sus grandes ventajas como te puedes imaginar es su tamaño más pequeño, a pesar del cual su potencia no tiene por qué ser demasiado inferior respecto a los más grandes. También son más eficientes, sencillos mecánicamente hablando y baratos. Otra ventaja es que con dos cilindros la posición de los mismos puede variar y con ella el reparto de pesos y en consecuencia el comportamiento de la moto. Los contras de estos propulsores es que precisamente esa versatilidad puede provocar vibraciones incómodas y limitación a la hora de tumbar en las curvas por el espacio que ocupa el bloque si se trata de motores bóxer. Además el par motor de los bicilíndricos está más reforzado en la zona baja del cuentarrevoluciones, lo que los hace más cómodos para el día a día relajado.
1 cilindro o monocilíndrico
El monocilíndrico es el más común teniendo en cuenta que la mayor parte del parque móvil es de motos pequeñas, siendo más económico y fácil de mantener. Su mecánica es tremendamente sencilla y solemos verlo en motos de 125 centímetros cúbicos y en los scooters. Esta sencillez en sus componentes es precisamente lo que marca sus puntos negativos, que son: vibraciones indeseadas en algunos casos, demasiado ruido o potencia no muy elevada (aunque esto último en muchas ocasiones no es un contra para los usuarios).
Si tienes esto en cuenta, podrás entender mejor las diferencias entre unos tipos de motor y otros y sobre todo, podrás tener más información sobre la mesa para que tu elección sea la más correcta posible para tus necesidades.