Nos encantan los trabajos de restauración o modificación de casi cualquier tipo de moto y estilo de la misma, pero si detrás de la moto hay una historia interesante, el proyecto se convierte en algo muy especial. Este es el caso de esta Honda CB360T del año 1974, que tras un largo periodo de tiempo en el dique seco ha renacido con más fuerza que nunca.
Este modelo nació en 1974 como actualización a la icónica CB350, aunque tan solo se estuvo fabricando dos años. La unidad que hoy os traemos es una moto adquirida por un joven de la época que buscaba un medio de transporte económico, práctico y con un estilo propio. Aunque es cierto que también la lucía en sus ratos de ocio, su principal trayecto era el de ir y volver de su casa a la universidad y viceversa. Con ello nos podemos hacer una idea del uso tan poco exigente al que se pudo enfrentar esta pequeña scrambler en esa época. Tras acabar sus estudios el dueño original dejó a la CB360T aparcada y olvidada en el garaje con tan solo 6.000 km registrados en su cuenta kilómetros.
Así ha estado durante décadas cogiendo polvo y sin ver la luz en un garaje estadounidense, hasta que su propietario actual la vio, se enamoró y se hizo con ella para darle una segunda oportunidad.
Esta Honda CB360T es sencilla pero tremendamente divertida
Una vez la tuvo en su casa supo al instante que esta Honda CB360T tenía que recibir los mimos de manos expertas en la materia y por eso su dueño se puso en contacto con Slipstream Creations. Un taller especializado en trabajos de restauración situado en la ciudad de San Luis en el estado de Misuri.
Por suerte tanto los chicos del taller como el dueño de esta belleza se pusieron rápidamente de acuerdo en la dirección que el proyecto debía coger. En sus cabezas sabían que querían darle una imagen algo más actual pero sin dejar de lado la esencia con la que la Honda CB360T salió de fábrica.
Tal y como se aprecia en las imágenes se puede ver una scrambler muy sencilla y limpia, en la que los pequeños detalles son los que marcan la diferencia y en la que también se han agregado algunos detalles que fomentan una imagen algo más agresiva que la original. Hay que decir que tanto los trabajos de chapa, pintura y mecánicos se han llevado a cabo íntegramente en Slipstream Creations.
El resultado final salta a la vista que no podría ser mejor y además tanto sus fabricantes como su actual dueño han quedado muy sorprendidos con el buen rendimiento de esta Honda y lo divertido que es ponerse a sus mandos.
