Sí, lo habéis leído bien, no nos hemos equivocado ni con las letras ni con los números a la hora de escribir, una Honda CR1000 2T es de la moto que hoy os vamos a hablar. Esta locura de creación es obra del equipo francés LCH que compite en la disciplina extrema de Hillclimb.
El video en cuestión lo protagoniza el Youtuber británico 999lazer, cuyo nombre real es Max, quien se dedica a crear contenido especializado en motos con motores de 2 tiempos de motocross. La mayoría de las ocasiones la temática es probar modelos de motocross con estos motores, metiéndose en un circuito y exprimiéndolos al máximo.
Pero de vez en cuando nos encontramos con rarezas tan maravillosas como la del video de hoy, en el que podemos ver a Max a los mandos de una monstruosa Honda CR1000 2T. Aunque no podemos decir que los 1.000 c.c. no sean reales, sí que hay que matizar que tienen un poco de “trampa”, ya que en realidad lo que esta moto monta son dos motores 2T de 500 c.c. llevando a cabo lo que viene a ser una preciosa obra maestra de mecánica.
Esta Honda CR1000 2T es una obra maestra de la ingeniería artesanal
La disciplina en la que compite esta moto, el Hillclimb, se creó en los Estados Unidos en la década de los años 20 del siglo pasado. Aunque en Francia no se popularizó hasta los 80, rápidamente atrajo a infinidad de aficionados y pilotos que estaban dispuestos a afrontar una prueba tan extrema.
Como es lógico lo más llamativo de esta Honda CR1000 2T son sus dos motores colocados en paralelo y configurados para funcionar perfectamente en sincronía. Pero ya podéis imaginar que las modificaciones para enfrentarse a las paredes que se intentan subir en el Hillclimb deben ir mucho más allá. El chasis es completamente nuevo y adaptado a esta bestia, al igual que las suspensiones, que han sido modificadas por una empresa francesa expresamente para este proyecto.
El ensamblaje de ambos propulsores fue uno de los mayores desafíos a la hora de construir esta moto, ya que fueron necesarias varias pruebas fallidas para llegar al resultado final, en el que todo el conjunto tuvo que ser reforzado para soportar la fuerza que genera este monstruo. Además sus creadores tuvieron que fabricar y añadir el interminable basculante en el que está acoplada una rueda llena de clavos para maximizar la tracción y evitar que la rueda delantera despegue del suelo.
Para terminar, y dejaros disfrutar de este vídeo que no tiene desperdicio, hay que destacar que el proyecto se alargó año y medio hasta que estuvo terminado completamente. Coged los cascos, subid el volumen e intentad evitar que se os caiga la lágrima al ver como Max disfruta de lo lindo probando esta Honda de 1.000 c.c.