Si te gusta la naturaleza y también te gustan las motos, seguramente alguna vez te haya picado el gusanillo del enduro. Esta disciplina, muy espectacular y dura a veces, se suele hacer con motos preparadas para ello como las que muchas marcas punteras ponen al alcance. Sin embargo, si eso te parece demasiado “mainstream” siempre puedes hacer enduro con una Hayabusa, como nuestros protagonistas de hoy…
Lo cierto es que el enduro no se puede considerar como una disciplina sencilla ni mucho menos. Enfrentarse a subidas de gran pendiente, saltos, obstáculos y grandes roderas no es algo que esté al alcance de cualquiera sin un cierto nivel de pilotaje. Eso por no hablar de las necesidades técnicas de una moto de enduro, como un motor potente y con mucho par, suspensiones de largo recorrido y sobre todo, resistente a saltos y golpes.
Pero visto lo visto, contar con una moto como las Beta RR o las KTM EXC no es algo imprescindible si tienes a mano una Suzuki Hayabusa, unas herramientas y muchas muchas ganas de complicarte la vida y de divertirte a partes iguales. Porque si hay una cosa clara es que al halcón de la firma japonesa lo que más le gusta es correr por las carreteras asfaltadas y no por los caminos con saltos.
Hacer enduro con una Hayabusa es una de las cosas más llamativas que se puede hacer con una moto
Obviamente, para poder hacer enduro con una Hayabusa lo primero que hay que hacer es modificarla para que no muera en el intento. Además de instalarle unas defensas al más puro estilo de las motos adventure, esta Hayabusa ha recibido una nueva corona mucho más grande que le permite tener más fuerza gracias al desarrollo más corto. Además los carenados tuvieron que modificarse y recortarse para dejar hueco a todo esto
De la misma manera, los neumáticos de serie fueron sustituidos y unos de tacos fueron instalados por nuestro protagonista de hoy: Matt Spears. Tal vez te suene su nombre, ya que fue él quien decidió practicar Hill Climbing con una Honda Gold Wing hace no mucho…
El resultado es desde luego llamativo y chocante a partes iguales. Desde luego, una cosa digna de ver aunque sólo sea (afortunadamente) una vez en la vida.