Zapatero a tus zapatos, así podríamos describir a la perfección y de una manera breve el vídeo que hoy os traemos en el que vemos como la idea de meterse con una moto trail en circuito puede no ser la mejor. Sobre todo si pasadas unas vueltas en las que vamos cogiendo confianza poco a poco se nos olvida la moto que llevamos y dónde estamos y acaba pasando lo lógico, que terminamos con los huesos en el suelo…
Aunque lo contamos con cierto toque de humor, porque al piloto en cuestión salió completamente ileso, somos conscientes de que estamos hablando de algo muy serio y que las consecuencias no siempre son positivas. Lo primero es que hay motos para cada disciplina y para muchos niveles de conducción y debemos ser conscientes de ello y segundo, no es que digamos que no se puede entrar con una trail en circuito, sino que si lo hacemos debemos tener muy claros los límites que no debemos sobrepasar.
En el video subido por Cuban Rider, un entusiasta de las motos que nos cuenta todas sus aventuras sobre ruedas en su canal de YouTube, vemos como el piloto salta a pista a lomos de su flamante BMW S 1000 XR. Él mismo nos va narrando sus propias sensaciones y lo emocionado que se siente en esa preciosa mañana de sábado en la que las condiciones son las perfectas para ir en moto.
Meterse con una trail en circuito puede que no sea la mejor idea del mundo
Según escuchamos en sus propias palabras la teoría la tiene muy clara, él mismo nos cuenta como las primeras vueltas han de ser muy tranquilas para que las ruedas, los frenos y él mismo vayan cogiendo temperatura. La verdad que durante los dos primeros minutos del vídeo mantiene lo dicho y rueda tremendamente tranquilo tras dos motos deportivas, pero pasado ese momento ya notamos la diferencia claramente.
El sonido del motor y la sensación de velocidad en las imágenes ya no tienen nada que ver, nuestro amigo ya ha entrado en calor y empieza a venirse arriba. También lo notamos en que ya no habla tanto dentro de su casco, está muy centrado en su pilotaje. Después de una tanda que ha transcurrido sin contratiempos y un merecido descanso, vuelve a pista y es ahí cuando llega el susto del día.
Cuban Rider sale a pista de nuevo y después de un par de vueltas más o menos tranquilo vislumbra en el horizonte a un piloto que, según sus propias palabras, rueda rápido y va a intentar copiarle la trazada. Casi sin poder terminar de pronunciar esta última frase es cuando el tren delantero dice basta, se cierra y acaba con su BMW y su cuerpo deslizando por el suelo.
Por suerte la caída no tiene consecuencia física alguna para él, aunque sí para su amor propio. La moto es verdad que tiene algunos desperfectos, aunque nada serio. Eso sí, una vez se levanta, corre hacia la moto, la arranca y vuelve al paddock no abre la boca ni dice nada, dejando ver su malestar consigo mismo.
