Ahora que llega el buen tiempo, es normal que muchos motoristas dejen de lado sus cascos integrales y opten por versiones jet o demi-jet que dejan al descubierto parte de la cara. Sin embargo, detrás de este supuesto de comodidad y frescor hay unos cuantos mitos y otras cuantas verdades que hay que tener en cuenta si se va a emplear un casco de este tipo y que hacen que sea acertado o no su uso.
En el plano estrictamente de seguridad, ningún otro tipo de casco va a ofrecer la protección que ofrece un casco integral, por lo tanto se puede decir que un casco jet no es igual de seguro que un casco integral. Lógicamente, si vamos a salir a carretera, siempre se debería optar por emplear cascos integrales que nos protejan tanto a nivel de seguridad como contra el viento y los bichos.
Sin embargo, si el uso que vamos a dar a nuestra moto o scooter es por ciudad y no vamos a sobrepasar los 50 km/h en ningún momento, un casco jet puede cubrir ciertas necesidades de seguridad, eso sí el aire en la cara que llega con el calor de la carretera, el del ambiente e incluso el motor de la moto va a ir directo. Otra opción es decantarse por un casco demi jet, que suelen llevar pantallas largas pero no cubren la zona del mentón. En cualquier caso, si nos vamos al suelo ni un casco de moto demi jet ni un casco jet van a proteger nuestra cara del impacto.
En cuanto al confort se refiere, hay usuarios que defienden que emplear un casco integral en verano es incómodo y da calor. En cierto modo tienen razón, pues sí da calor, pero también es cierto que nos quita todo ese aire caliente del que hablábamos antes y únicamente nos aporta calor en las mismas zonas que lo harían los jet. Por si esto fuera poco, por norma general los cascos integrales suelen tener una ventilación más elaborada por lo cual en realidad pueden ser mucho más confortables para el verano.
En resumen, el casco jet ofrece sensación de mayor libertad, pero en muchos casos se queda en eso, en sensación.