Una de las modificaciones más comunes en el mundo de las dos ruedas es la de cambiarle el escape a la moto, ya sea por motivos de rendimiento o estéticos, incluso por el sonido. Eso sí, por muchos escapes que mires para ponerle a tu compañera, nunca vas a llegar ni siquiera a acercarte a la genialidad de los dueños de esta Yamaha R6…
Normalmente, cuando la gente quiere cambiarle el escape a la moto suele ponerse a buscar entre los catálogos que las múltiples marcas que se dedican a ello ponen a sus disposición año tras año. No importa el modelo que tengas, si buscas vas a encontrar uno que pueda acoplarse y que seguramente haga que tu moto gane prestaciones o al menos sea más bonita que cuando estaba de serie.
Sin embargo, siempre hay gente especial, como los protagonistas de este video, los chicos del canal de Youtube Carmagheddon. Centrados de manera habitual en modificar coches, esta vez decidieron no quedarse en las cuatro ruedas y pasarse a las dos para llevar a cabo una de las obras más llamativas y a la vez surrealistas del mundo.
Para los responsables de esta obra, cambiarle el escape a la moto por uno de serie era demasiado “mainstream”
Para poder traer al mundo semejante creación, lo primero que tuvieron que hacer estos aventureros preparadores fue retirar el escape Arrow que llevaba instalado la Yamaha R6 que protagoniza el video. Ya de por sí ese escape es una fantasía, con un sonido espectacular y una mejora de rendimiento. Pero claramente, no era suficiente para ellos…
A partir de ahí, todo es un festival de soldadura de tubos y de piezas cortadas a medida para que encaje todo a la perfección. Con una soltura digna de mención, se van preparando las diferentes partes que componen el silencioso más grande del mundo, desde la cola hasta la entrada pasando por el curvado de la chapa que da cuerpo al conjunto.
Eso sí, crear el propio silencioso del escape no es lo único que se necesita si quieres que todo cuadre. Sujetar semejante armatoste a la moto y que no se caiga es una misión nada sencilla, que para llevar a buen puerto requiere la elaboración de un buen soporte anclado directamente al subchasis.
Llegados a este punto, y con el nuevo escape -o mejor dicho, nuevo megáfono- instalado, lo único que quedaba por hacer era poner en marcha la moto y acelerar con ella. Hay una cosa muy clara, y es que pasar desapercibido mientras se circula con esta bestialidad no es posible en ninguna parte del planeta. El sonido que emite la moto es simplemente brutal, no apto para personas con oído sensible.
Además de eso, hay otra cosa que queda muy clara con la obra finalizada: ¡estamos completamente seguros de que en la ITV van a mirar con cara de pocos amigos cuando llegue!