Análisis SBK 22: vuelta a la acción

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Análisis SBK 22
Gama MITT 2024

10 años llevaban los seguidores del Campeonato del Mundo de Superbike sin poder disfrutar de un juego oficial del certamen protagonizado por las motos de serie más deportivas y rápidas del mundo, pero ahora gracias a Milestone y al nuevo SBK 22 todos ellos pueden volver a ponerse a los mandos de estas siempre brutales y espectaculares motos. El videojuego oficial del WSBK ha vuelto para traernos de nuevo la acción a nuestras casas y permitir que nos pongamos en la piel de los pilotos del campeonato o que directamente creemos un propio piloto con el que intentaremos “domar” a todas esas bestias de más de 200 CV de potencia.

Nada más ser iniciado, el SBK 22 ofrece la posibilidad de jugar diferentes tutoriales para aprender a gestionar los múltiples parámetros de la moto. Para los jugadores que ya hayan probado el MotoGP todo esto es innecesario, ya que ambos juegos son prácticamente idénticos. Esta similitud se encuentra en diferentes momentos del juego, dando la impresión en algunos momentos de que tal vez se haya aprovechado demasiado ese trabajo hecho para la otra franquicia. Encontrarse dos motos idénticas en el box en las animaciones durante las paradas es uno de esos momentos. Sin embargo, encontrar todas las posibilidades de reglajes que tenemos a nuestro alcance hace que esa compartición de trabajo no sea tan mala.

Una vez arrancados los motores, las físicas de la conducción son algo extrañas al principio, ya que la sensación que transmite la moto es la de pesar muchísimo, dificultando tanto las frenadas como los cambios de dirección. Sin embargo, una vez te acostumbras ni siquiera te das cuenta de ello. Si ruedas solo todo es más fácil, pero si lo haces en grupo la cosa se complica más, ya que la IA para ajustarse al nivel que seleccionamos lo que hace es variar la velocidad punta de los rivales en las rectas, no variando su velocidad en las curvas. Aun así, colisionar contra nuestros rivales suele salir gratis, ya que no es fácil irse al suelo por un toque. En contraste, irse al suelo por entrar demasiado rápido en una curva y tumbar más de lo debido fuera de la trazada o con más freno delantero del que toca es realmente sencillo, siendo este el punto más realista del SBK 22 en cuanto a pilotaje. Un punto a mejorar es el de los daños de la moto, que por mucho que nos caigamos no pasa de rozarse –no se rompen ni siquiera las aletas aerodinámicas como si pasaba en el MotoGP- ni de dañarse significativamente, no necesitándose tiempos de reparación prácticamente.

En cuanto a la jugabilidad, el SBK 22 tiene aspectos muy positivos y otros más eclipsados. Por ejemplo, ver como en cada ronda Pirelli pone a nuestra disposición tanto neumáticos estándar como neumáticos de evolución con diferentes compuestos y carcasas es todo un punto a su favor. Desafortunadamente, la duración del juego se ve muy reducida por el hecho de contar sólo con la categoría de Superbike y los doce circuitos que componen su calendario oficial. Aunque habría estado muy bien contar también con SSP300 y SSP, podemos enfrascarnos en el desarrollo de nuestra propia estructura, algo que siempre está bien. Esto también se traduce en un precio de venta muy competitivo que roza los 40 euros.

Visualmente, el SBK22 ha recibido un gran trabajo en lo que respecta a las motos, que están muy bien ejecutadas, pero no le vendría mal un extra en el modelado de los circuitos para alcanzar un nivel de gráficos superior. Con ello daría un paso adelante que seguro que llegará en las futuras ediciones de este entretenido juego con el que si te gustan las motos y las carreras acabarás pasando buenos ratos y que por fin ha vuelto a las estanterías tras más de 10 años en los que nunca debió estar ausente.

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