Después de un debut explosivo en Moto2 el año pasado, donde estuvo luchando por el título hasta el final en su primer año en la categoría, este 2022 vuelve a ser un año de retos y de novedades para Raúl Fernández, que está llamado a ser uno de los protagonistas de la lucha por convertirse en Rookie del año en MotoGP. De esta manera, el piloto de San Martín de la Vega afronta el año cargado de optimismo pero con los pies en el suelo, consciente de que ahora está en la categoría reina, compartiendo pista con los mejores pilotos del mundo y sabiendo que tiene que adaptarse a su nueva moto, la KTM RC16.
En una categoría con motos tan sofisticadas tecnológicamente y en la que a veces pilotar es lo de menos y lo más importante es gestionar la electrónica y todo lo demás, el piloto madrileño ha dejado claro ya desde los primeros test oficiales en Sepang que tiene la velocidad necesaria y que no ha llegado a MotoGP para conformarse. Aunque todavía es pronto, lo cierto es que Raúl se ha mostrado como el debutante más sólido y lo ha hecho con unos registros espectaculares que han dejado muy buen sabor de boca y que han sido toda una declaración de intenciones de cara a sus rivales.
-Todos los inicios de temporada siempre se reciben con muchas ganas, sobre todo cuando se escala a una categoría superior. ¿Cómo afrontas este inicio del 2022 con tu salto a MotoGP?
Afronto mi primer año como debutante, así que hay que tomárselo con calma. Además el proyecto de KTM es un proyecto joven. Por eso este primer año para mí lo afronto de una manera muy tranquila y con ganas de progresar, yendo carrera a carrera y fin de semana a fin de semana para ver como evolucionamos durante el año.
-Después de la brutal temporada 2021 en Moto2, donde llegaste como rookie y acabaste el año como el piloto más fuerte de la categoría, ¿Dónde te sitúas el listón para este 2022?
Este año las cosas van a ser más difíciles, no existe esa igualdad de condiciones por lo que tendremos circuitos que favorezcan más a nuestra moto y otros en los que nos veamos menos favorecidos. Por este motivo, será un poquito más difícil poder compararse con el año pasado, ya que en Moto2 el año pasado el 90% de las motos eran iguales.
-Hablando de los cambios de categoría, ¿Cuál es tu opinión sobre los cambios tan rápidos en los que se queman etapas de aprendizaje en cuestión de meses? ¿Puede suponer esto un hándicap a la hora de llegar con la mejor preparación a la categoría reina?
Esto depende mucho del piloto, ya que el piloto da el salto a la siguiente categoría cuando está preparado mentalmente. Por eso, considero que no tiene por qué pasar nada por pasar rápido de una categoría a otra si tú estás mentalmente preparado para dar ese paso.
-Al margen de las prestaciones de la moto y tras haber completado ya los primeros días de test con tu nuevo equipo, ¿Qué es lo que más cambia entre ser piloto de Moto2 y ser piloto de MotoGP?
Lo que más cambia entre ser piloto de Moto2 y de MotoGP es el nivel mediático que tienes cuando das el salto a la categoría reina. Al final, la preparación es muy parecida, estoy dedicado las 24 horas al día a prepararme de la misma manera que hacía el año pasado como piloto de Moto2. Por mi parte, no cambia nada en ese sentido. Lo que sí que cambia es la repercusión que tengo ahora, que es mucho mayor.
-En poco más de un año has pasado de estar pilotando una Moto3 a estar pilotando una MotoGP. Si miras hacia atrás y te pones en tu propia piel, ¿te creerías tu evolución o te parecería más algo propio de una película?
Es algo difícil asimilar que hace muy poco estaba subido en una Moto3 y ahora estoy en una MotoGP en tan poco tiempo. La verdad es que sí, parece de película, si me hubieran dicho hace unos años no me lo hubiera creído.
-A día de hoy, eres uno de los pilotos madrileños más importantes y junto a Jorge Martín sois los representantes de Madrid en MotoGP, aunque todavía estamos lejos de alcanzar las cuotas de otras zonas como Valencia o Cataluña. ¿Crees que falta algo en nuestra región para que más pilotos lleguen a lo más alto?
Está claro que al final están saliendo pilotos importantes de Madrid, pero también es cierto que seguimos sin contar con sitios donde poder entrenar en buenas condiciones. Al final esto hace que todo sea un poco más difícil, ya que para poder hacerlo tenemos que estar desplazándonos constantemente.
-Cada vez más, los pilotos además de pilotos son atletas de alto nivel. Pilotar una MotoGP lleva al cuerpo al límite, ¿Eso cambia tu rutina diaria en cuanto a entrenamientos se refiere o ya hiciste ese cambio para Moto2?
Cuando di el salto a Moto2, mi entrenamiento físico siguió siendo muy similar al que ya hacía, pero ahora que he pasado a pilotar la MotoGP ha cambiado bastante, ya que tenemos el doble de potencia y también pesa más, por lo que hay que estar muy bien físicamente. Para ello, he tenido que cambiar mi forma de entrenar y adaptarla a estas necesidades.
-Hoy en día, la preparación psicológica de los pilotos es más importante que nunca, sobre todo para gestionar la presión de luchar por un título hasta el último momento como hiciste el año pasado. ¿Cómo trabajas en ese aspecto en tu día a día?
La verdad es que ya el año pasado estuve trabajando bastante en este sentido, trabajé mucho mano a mano con mi psicólogo deportivo. En realidad me ayudó bastante, aunque depende mucho de la situación que tengas en cada momento. Si tengo una situación tranquila en la que no me afecta nada no necesito recurrir a él, pero si eso cambia rápidamente cuento con él.
-Después de la lucha del año pasado, ¿crees que el duelo con Remy Gardner se trasladará este año a la lucha por ser el mejor rookie del año en MotoGP?
Seguro, porque al final volvemos a ser compañeros de equipo y ambos querremos quedar por delante del otro como es lógico. ¡Va a ser una lucha muy bonita! Aun así, yo estoy muy centrado en mi trabajo y en hacer una buena labor a largo plazo, que es mi objetivo.
Fotos: KTM Tech3
