Hace cuatro años, una de las motos de tres ruedas que el mítico fabricante pone a disposición de sus usuarios sufrió un grave accidente que terminó con uno de sus ocupantes muerto y el otro con graves lesiones. Ahora, tras el juicio, Harley-Davidson ha sido condenada a pagar la friolera de 287 millones de dólares como compensación.
Los accidentes siempre han existido y por mucho que avancen las tecnologías, siempre existirán aunque se vaya consiguiendo reducir su proporción. Las prestaciones cada vez mayores de las motos unidas a las condiciones de las carreteras, errores propios o de otros conductores y también en muchos casos al uso irresponsable se unen dando como resultado situaciones que nunca querríamos que existieran. Sin embargo, hay veces en las que pasa algo completamente diferente aunque el resultado sea igualmente nefasto.
Uno de esos casos es este, en el que Harold Morris y Pamela SinClair acabaron sufriendo un grave accidente mientras circulaban entre los estados de Nueva York y Pensilvania con su Harley-Davidson de tres ruedas. Algo que podría ser simplemente un accidente más ha supuesto un verdadero quebradero de cabeza para la firma estadounidense.
Un posible fallo en la moto ha acarreado la condena de 287 millones de indemnización
Desgraciadamente, durante ese paseo Morris perdió el control del trike, saliéndose de la carretera de manera violenta. El resultado fue que el propio Morris quedó gravemente herido, perdiendo la vida SinClair. A partir de ahí, durante cuatro años Morris se ha aferrado a la lucha por responsabilizar del accidente a la marca.
Durante el proceso, Morris ha defendido que el accidente se produjo por un error de funcionamiento del sistema de Control de Tracción de la moto, lo que acabó volviéndola incontrolable. Lo cierto es que aunque no se han publicado todos los datos, el jurado acabó dándole la razón atendiendo a las pruebas que los abogados habían recogido.
Con todo ello en la mano, además de declarar culpable a Harley-Davidson por el accidente, la justicia resolvió que además debía pagar una indemnización brutal de 287 millones de dólares a Morris, que si bien se ha mostrado satisfecho con el resultado reconocía que lo que buscaba al margen del dinero era que la firma de Milwaukee se hiciera responsable de los defectos de su producto y los solucionase para no volver a ver un caso similar.
Lo cierto es que Harley-Davidson arrastra varios años una situación financiera no demasiado buena, habiendo estado al borde del abismo en algunas ocasiones y habiendo dado un giro en su planificación de empresa para adaptarse a los nuevos tiempos, lo que incluye la creación de modelos de mediana cilindrada e incluso la producción de algunos de ellos en Asia.
Otro de los coladeros de dinero de la marca es su proyecto LiveWire, destinado a hacer las Harley-Davidson eléctricas. De manera continua, esta división produce pérdidas económicas, echando más leña al fuego que hace que la situación financiera sea cuanto menos complicada incluso sin haber gastos excepcionales como este.
Con esta condena, la firma estadounidense ha sufrido un duro revés que puede ser de cierta importancia. Sin embargo, los responsables de la marca no han aceptado la condena y van a recurrirla, lo que abre la puerta a que pueda no hacerse firme o, al menos, que se atrase su pago durante un tiempo indeterminado.