Normalmente, cuando en Moteo planeamos las motos que vamos a ir probando en los siguientes números, nos fijamos en los modelos más interesantes que están disponibles con una previsión a corto o medio plazo. Pues bien, ese proceso no es el que se siguió con la Kawasaki Z650RS, una moto que nada más ver en su lanzamiento internacional pedí para probarla aunque aún faltasen meses para su llegada a nuestro mercado.
Y es que no puedo negarlo, con la nueva Kawasaki Z650RS lo que tuve fue un flechazo, un amor a primera vista. Nada más verla supe que quería probarla y estar una semana disfrutando de ella para conocerla, siendo afortunadamente posible que lo consiguiera. También tengo que reconocer que según se iba acercando la fecha en la que la moto estaba reservada para mí por Kawasaki España, mis ganas de subirme a ella iban creciendo cada vez más hasta que por fin llegó el día.
Allí la tenía, esperándome para recorrer juntos todos los kilómetros que quisiera conociendo cada uno de sus detalles y anotando todas las sensaciones que me transmitiese. La parte positiva es que ha sido una de las motos que más he disfrutado en los últimos meses y con la que mejor me he sentido, como contaré en los próximos párrafos. La parte negativa es que siete días después de recogerla, tuve que devolverla aunque para mí se hubiesen pasado en un suspiro. Eso sí, la dejé con la sensación de que pronto nuestros caminos volverían a juntarse…
Botas: O´Neal RCX Urban
Estéticamente, la Kawasaki Z650RS tiene pocas rivales en el mercado, sobre todo esta versión en verde con las espectaculares llantas doradas
Sí, ya sé que siempre decimos que no hay que fijarse sólo en el exterior, pero en este caso bien podríamos hacer una excepción. La Kawasaki Z650RS es más que una cara bonita, pero no seamos hipócritas, su punto más fuerte es precisamente su estética de moto neo retro. Esta estética sigue la línea abierta hace unos años por su hermana mayor, la Z900RS, que a su vez retomaba el estilo y la estética de la mítica Z1 de los años 70. Para ello, esta nueva Z650RS se nutre de un modelo de hace décadas. En este caso, la referencia tomada por los diseñadores de la firma japonesa es la Z650-B1, considerada en su momento como “la hija” de la espectacular Z1 que tan cotizada está hoy en día. Pero tenemos que tener clara una cosa: esa referencia se limita al apartado visual porque todo lo demás es propio de una moto moderna y actualizada. Dejando claro que a bonita pocas motos hay en el mercado actual que puedan ganar a la Z650RS, vamos a dedicarnos mejor a contar todo lo que no salta a la vista tras mirar la moto cinco segundos, que no es poco.
No es ninguna sorpresa que desarrollar una moto desde cero sea un complejo y costoso trabajo, que parte con todos los diseños previos y que requiere una gran cantidad de recursos no sólo para llevarlos a la realidad sino para asegurarse los resultados esperados en forma de fiabilidad y funcionamiento. Pero tampoco sorprende a nadie ya que se intente amortizar al máximo cada trabajo realizado previamente dentro de una marca, sea de lo que sea. Por ese motivo, aprovechar la base previamente desarrollada cuando se lanzó la Z650 estándar hace unos años es una de las características más interesantes de esta RS. Porque aunque a simple vista no lo parezca, la Kawasaki Z650RS comparte un gran porcentaje de componentes con su hermana.
De hecho, es más útil comentar los elementos principales que son exclusivos de la neoretro: el subchasis con el asiento y el colín, el depósito de gasolina, el cuadro de instrumentos y el faro. A pesar de que estos componentes se pueden contar muy fácilmente, lo que no es nada fácil es hacer que la moto parezca otra completamente diferente y además, dotándola de un estilo y una personalidad que no dejan indiferente a nadie.
La Kawasaki Z650RS es una moto que se encuentra muy cómoda siendo llevada a un ritmo relajado y tranquilo. Es aquí donde muestra su auténtica personalidad
Dejando momentáneamente la apariencia a un lado, hay dos elementos que marcan el carácter de la Kawasaki Z650RS. El primero de ellos es su motor, un bicilíndrico en paralelo de 649 centímetros cúbicos de capacidad que es capaz de entregarnos 68 CV de potencia. Este motor no es desconocido ya que es compartido además de con la Z650 con la Ninja650. Aunque para algunos pueda parecer una potencia no muy elevada, lo cierto es que la entrega desde abajo se siente más que suficiente para una conducción tranquila en la que nuestro objetivo sea el de disfrutar sin querer “ir a por tiempos”. En este proceso, otro punto a su favor es que mantiene las vibraciones en un nivel ínfimo, incluso cuando se circula a bajas revoluciones, sin aparecer ningún molesto traqueteo. El único punto que podría mejorarse en lo que respecta al motor, o mejor dicho a la electrónica, es la incorporación de un control de tracción aunque fuese de un nivel básico.
De la misma manera que el motor, la caja de cambios con seis marchas y el embrague antirrebote trabajan de manera suave y precisa, ayudando mucho a mantener esa comodidad y confort durante la conducción. Lo que hay que ser es consciente del tipo de moto sobre el que estamos montados. Si se busca una moto para hacer una conducción deportiva y apurada, tal vez sea mejor buscar otra alternativa. Sin embargo, si tu intención es la de hacer una conducción suave y relajada, pocas motos hay que cumplan tan bien en esta horquilla de precios. Y es que no nos olvidemos, la Z650RS es una moto que está enfocada como una moto intermedia e incluso de acceso ya que se puede limitar para ser conducida con el carnet A2.
Por su parte, tanto el chasis tubular de acero como las suspensiones aportan a la vez estabilidad y una sensación de ligereza muy agradables. Aunque en algunos momentos la horquilla convencional pueda parecer un poco blanda en el inicio del recorrido, la moto no flanea ni “flota” si hacemos las cosas con lógica. Igualmente, el amortiguador con bieleta hace que el tren trasero se mantenga muy bien tanto en aceleraciones como en paso por curva. Además, es importante saber que la altura del asiento se puede reducir actuando precisamente sobre esa parte de la moto, permitiendo ganar unos milímetros que pueden dar mucho juego a los usuarios de menor estatura.
Es llegado al punto de analizar la ergonomía cuando la Kawasaki Z650RS hace que nos quitemos el sombrero. Claramente, sus diseñadores apostaron por la comodidad y el resultado se nota desde el primer momento que te subes a ella. La posición de conducción es muy relajada gracias a la correcta colocación de las estriberas y al manillar más elevado que el de la Z650 convencional. Con ello y con la altura reducida del asiento y su agradable mullido, lo que pide la RS es hacer kilómetros, no fatigando nuestro cuerpo aunque estemos dos o tres horas sobre ella. Obviamente, la protección aerodinámica no es elevada tratándose de una moto sin carenado alguno, pero tampoco es molesto en exceso el aire incluso circulando por autopista a la máxima velocidad posible.
El estilo clásico contrasta con algunos de sus componentes más modernos, como los faros de tipo LED o el escape completo
En un plano más centrado en el nivel de equipamiento, la Kawasaki Z650RS no es una moto que destaque especialmente por contar con gadgets tecnológicos aunque dispone de determinados aspectos que siempre vienen bien tanto estética como funcionalmente. Aunque la moto tenga un claro corte clásico, hay tres elementos que apuestan por la modernidad dentro de su diseño. El primero de ellos es que las ópticas de la Z650RS son Full LED, aportando un buen grado de visibilidad nocturna y además dando un toque actual. El segundo es su cuadro de instrumentos, que combina dos relojes analógicos con una pantalla LCD central que aporta la información necesaria. El tercero es su escape, imprescindible para adaptar la moto a las normativas vigentes y cuyo aspecto es totalmente contemporáneo.
En definitiva, la última incorporación de Kawasaki a su catálogo es una de sus mejores creaciones en cuanto al atractivo se refiere, siendo además una moto plenamente coherente y útil. Esta suma de factores, que es algo que no siempre es fácil de encontrar, es sin duda su mejor carta de presentación. La otra cara de esa carta de presentación es su precio: 8.399 euros en negro y 8.550 euros en verde –la versión de esta prueba- y gris.