La Suzuki GSX-R 750 Cafe Racer es la moto resultante de la mezcla de un soñador, una pasión desbocada y la persistencia. Sin lugar a dudas, toda una obra de arte que no dejará indiferente a nadie.
Rusdie Darell Jafin es un tipo corriente, como tú y como yo, que se gana la vida como buenamente puede. Sin embargo, hay un rasgo que lo diferencia del resto: es un romántico, un idealista o como quieras llamarlo. Jafin soñó que al llegar a casa se encontraba con una Cafe Racer negra plantada en su salón. El sueño le dejó tan impresionado que no vio más remedio que tratar de hacerlo realidad. Y así es como nació la Suzuki GSX-R 750 Cafe Racer.
Partiendo de una Suzuki GSX-R 750 de 1995, Jafin fue dándole forma poco a poco. Con el tiempo que le dejaba su trabajo de oficinista, fue incorporándole elementos en la tranquilidad de su hogar. El chasis fue obtenido de una unidad con refrigeración por aceite al que se acopló el motor. Por su parte, la horquilla delantera Öhlins es de una Aprilia RSV mille 1000. Dicha horquilla necesitó ser modificada para que coincidiera con la rueda delantera, no todo iba a ser coser y cantar.
Y la cosa siguió yendo a más y más. Añadió un basculante propio de la Kawasaki ZX9 y unos bujes de rueda de la Honda CBX 550. Todo ello personalizado en función de ese sueño que le dio la idea, por supuesto. Las carrocerías fueron diseñadas y hechas a mano por el propio Jafin. Y por fin, tras colocar unos frenos Brembo, la Suzuki GSX-R 750 Cafe Racer estaba terminada. Así que ya sabes, si tienes un sueño por qué no intentarlo, a Jafin le salió bien. Si tras leer esto sigues en el escepticismo, quizás las imágenes te hagan cambiar de opinión.
Fotos: Rocket Garage