Cualquier proyecto tiene sus inicios en un papel en blanco y en otros casos el destino da el último empujón. Es el caso de la Kawasaki Zephyr Endurance que tenía un claro final abandonada en la esquina de cualquier garaje.
En la cabeza de Brian el proyecto estaba más que claro, lo tenía terminado antes de haber empuñado el destornillador. Y el destino quiso unirlo a esta Kawasaki Zephyr que se cruzó por casualidad por su camino. Brian la consiguió por muy poco dinero y sabía que era un diamante en bruto, perfecto para su proyecto. La salvó del olvido y del óxido y se la llevó para hacerla brillar como nunca lo había hecho.
Desde el principio tuvo claro que quería darle una estética endurance, por eso la montó dos carburadores CR29 inspirados en Moriwaki. Aunque el plan estaba claro, encontrar todas las piezas para materializarlo fue tremendamente complicado, más de lo que Brian esperaba. Dentro de la estética de carreras de resistencia que quería darle a la Kawasaki Zephyr Endurance los faros eran imprescindibles. Y aunque fue complicado encontrarlos, lucen como nuevos en la cúpula de esta espectacular moto.
El resto de la moto es una mezcla de piezas de diferentes motos y modelos que Brian ha ido encontrando por el camino. El basculante y rueda trasera son de una ZRX 1200 y los frenos de una GSXR750 entre otros modelos. Se podría decir que estamos ante un ejemplo perfecto de un “restomod” (proviene de los anglicismos restored y modified). Otros adjetivos a lo mejor no le encajan tanto, pero restaurada y modificada está la mires por donde la mires.
Sólo nos queda disfrutar de esta maravilla de máquina, sólo imaginada por Brian pero fabricada para el disfrute de todos. A continuación os dejamos la galería de fotos de esta obra de arte sobre ruedas.
Fotos: Pete Cagnacci